Legionela es el nombre común del género Legionella, que agrupa bacterias Gram negativas con forma de bacilo. Posee respiración aerobia y un flagelo para desplazarse. Dentro de este género existen 48 especies y un total de unos 78 serotipos. Algunas de las especies pueden infectar a humanos. La especie más importante en este aspecto Legionella pheumophila por sus implicaciones médicas. La legionela puede multiplicarse dentro de amebas y su cocultivo es a veces el mejor método conocido para detectar su presencia infecciosa.
La bacteria tiene su hábitat natural en el agua, y cuando se dan las condiciones idóneas, puede desarrollarse de un modo desmesurado. Estas condiciones incluyen la temperatura (superior a 35ºC), el estancamiento o el mantenimiento inadecuado de ciertas instalaciones,
Su nicho ecológico natural son las aguas superficiales como lagos, ríos, estanques, formando parte de su flora bacteriana. Desde estos reservorios naturales la bacteria puede colonizar los sistemas de abastecimiento de las ciudades y, a través de la red de distribución del agua, se incorpora a los sistemas de agua sanitaria (fría o caliente) u otros sistemas que requieren agua para su funcionamiento como las torres de refrigeración. En algunas, ocasiones, en estas instalaciones, mal diseñadas, sin mantenimiento o con un mantenimiento inadecuado, se favorece el estancamiento del agua y la acumulación de productos nutrientes de la bacteria como lodos, materia orgánica, materias de corrosión y amebas, formando una biocapa. La presencia de esta biocapa, junto a una temperatura propicia, explica la multiplicación de la Legionela.
Las instalaciones que con mayor frecuencia se encuentran contaminadas con Legionela y han sido identificadas como fuentes de infección son los sistemas de distribución de agua sanitaria, caliente y fría y los equipos de enfriamiento de agua evaporativos, tales como las torres de refrigeración y los condensadores evaporativos, tanto en centros sanitarios como en hoteles u otro tipo de edificios.